PATRIMONIO LITERARIO
Nuestros Sagrados Titulares han servido de inspiración para numerosos autores que han dedicado su prosa y su verso a engrandecer el patrimonio literario de nuestra Hermandad.
Antonio Rodríguez Buzón
A la Virgen de las Lágrimas
(1958)
Himno a la Virgen de las Lágrimas.
José Luis García Blanes (1992)
Antonio Rodríguez Buzón
(9 de febrero de 1975)
Ricardo Lacárcel
Credo al Santísimo Cristo de la Exaltación
Juan Sebastián López Sánchez
Dolorosas bajo palio (2008)
José Luis Garrido Bustamante
Victoria en el Valle de Lágrimas (2002)
Fernando Labrador Calonge
Soneto de las Lágrimas humanas y divinas
Azahares dolorosos (1962)
Nicolas Fontanillas
Exaltación y Lágrimas – Santa Catalina
(Plegarias, 1951)
Rafael de Gabriel
Pregon de la Semana Santa de Sevilla 2004
Fernando Labrador Calonge
Azahares dolorosos (1962)
Ramón Charlo
Evocación poética de la Semana Santa de Sevilla (años 60)
Rosa Díaz
Saetario (2003)
Enrique Barrero Rodríguez
Exaltación
Varón de Dolores. Sonetos de la Semana Santa de Sevilla (2005)
Antonio Murciano González.
Pregón S.S. de Sevilla de 2005.
Eduardo del Rey Tirado.
Pregón de la S.S. de Sevilla de 1999.
Ignacio Pérez Franco.
Pregón S.S. de Sevilla de 2012.
Juan Carlos Heras Sánchez.
Pregón S.S. de Sevilla de 1998
Joaquín Caro Romero.
Pregón S.S. de Sevilla de 2000.
lloró, qué pena tenía,
pero aquí se sonrió,
porque la Virgen sabía,
que era la tierra de Dios
esa tierra que tenía
para calmar su dolor,
las flores, de la alegría,
en el jardín de su amor.
Qué bien se encontró la Virgen
cuando a Sevilla bajó!
Nadie sabe si los ángeles
cantando a su alrededor,
le enseñaron la Giralda
y a su sombra se quedó;
nadie sabe si la hizo
Sevilla de luna y sol,
o en su parque una mañana
entre sus rosas se abrió.
Nadie sabe cómo vino,
pero que aquí se quedó,
ni necesitaba aclararse
ni hacía falta explicación;
que en el cielo, Dios lo explica
y en la tierra, el corazón.
Mas si es que alguien lo duda
o no encuentra la razón,
vaya a Santa Catalina
que junto a la Exaltación,
un Cristo que suplicante
está pidiendo perdón
para el Malvado que ignora
que crucifica el Amor,
está esa Madre Sublime
hecha ternura y candor;
la que es llanto en la del Valle,
y en la Victoria fulgor,
y en la Amargura tristeza,
y Gloria en Montesión,
en Triana Dulce Estrella,
Socorro en el Salvador,
en San Bernardo Refugio,
y en la Macarena, flor.
Esa Virgen soberana
que en Siracusa lloró,
pero que llegó a Sevilla
que por ser beso de Dios,
sin que nadie se lo explique
de pronto se sonrió,
y en cada lágrima suya
una rosa le brotó.
La Virgen bajó a Sevilla
y en Sevilla se quedó,
en Lágrimas florecidas
al pie de la Exaltación.
Antonio Rodríguez Buzón
A la Virgen de las Lágrimas
(1958)
Dolorosa y Triste,
Enjuga tus Lágrimas
en mi corazón (bis).
Toma de mis manos,
todo mi cariño,
Tú siempre estarás conmigo (bis).
te daré, mi vida (bis),
Para aliviar tu dolor.
Tus Lágrimas, por Jesús derramadas,
sobre ese Valle,
que presenta tu pasión.
Salve Tú,
Reina y Madre del Amor,
que de tu vientre nació la Luz,
que trajo la Redención,
Por amor (bis).
Oh Madre Mía,
Dolorosa y Triste,
Enjuga tus Lágrimas
en mi corazón (bis).
Toma de mis manos,
todo mi cariño,
Te daré, mi vida (bis),
para aliviar tu dolor.
Himno a la Virgen de las Lágrimas.
José Luis García Blanes (1992)
solo Cristo
ante la tierra exaltado,
por amor sobre la Cruz
y por amor entregado.
Cristo solo,
solo Cristo,
sangrante y crucificado,
como una bandera al viento
y como un clamor izado,
por liberar a los hombres
de la opresión del pecado.
Cristo solo,
solo Cristo
en la cumbre del Calvario,
despreciado por el mundo,
de todos abandonado
y todavía, por amor,
a los hombre perdonando,
olvidando las ofensas
y su dolor olvidando.
Cristo solo,
solo Cristo,
bendito Cristo exaltado,
a quien buscaba con ansias
por quedar reconciliado
y ante cuyo altar caí
de hinojos arrodillado,
para implorar su perdón
a la vez que suplicando,
por el hermano que sufre,
por el hermano postrado,
por el que su nombre invoca
y de Él sigue esperando
solución a los problemas
de este mundo descentrado;
por los que siguen su ruta,
por los que se desviaron,
por los ricos de esperanza,
por los desperanzados
y por aquellos que ya
hasta su Reino volaron.
Por todos subió mi ruego
hacia ese Cristo Exaltado.
Hacia ese Cristo bendito
sobre su altar esperando
el que nuestros corazones
costaleros esforzados
de la Pasión de Sevilla,
lo alcemos sobre su paso
y que en la tarde sublime
del sublime Jueves Santo
nuestro amor sobre su Cruz
con Él se quede exaltado.
Antonio Rodríguez Buzón
(9 de febrero de 1975)
artífice de sol, luna y romero,
de la mar, de la flor y del jilguero
y de un cielo de estrellas perfumado.
Por un etéreo espíritu creado
naciste del más nítido lucero,
y siendo del amor lo verdadero
por el odio en la cruz vas exaltado.
Creo en que tu cuerpo sepultado
se alejó de la muerte el día tercero,
que serás de los hombres justiciero
y que a la diestra del Padre estás sentado.
De tu luz, en los santos, soy creyente,
conjunción de blanco y de morado,
bebo el perdón en el agua de tu fuerte;
de la vida futura soy presente
y espero al renacer verme a tu lado,
por tu divina gracia omnipotente.
Ricardo Lacárcel
Credo al Santísimo Cristo de la Exaltación
Eres doloroso encanto. ¡Que nadie intente cambiarte, ni siquiera maquillarte por disimular tu llanto! Eres tan hermosa, tanto, de tanto llorar, Señora… ¡Vierte tus lágrimas, llora, que yo seré tu pañuelo. Permíteme ese consuelo: no me abandones ahora!
Juan Sebastián López Sánchez Dolorosas bajo palio (2008)
Tú te podrías llamar como quisieras. Con verbo de emoción, de flor o llantos, que nombres para Ti existen tantos que nunca su final de lista vieras. Colores de lozanas primaveras, sentires como penas o quebrantos, piedad, merced, angustia o desencantos vendrían a que Tú los escogieras.
Mas has llorado tanto ante el madero del reo, que es tu Hijo, y lo proclaman que, roto el adjetivo lisonjero, las lágrimas con lágrimas te igualan. No cabe otro concepto más certero. Y Virgen de las Lágrimas te llaman.
José Luis Garrido Bustamante
Victoria en el Valle de Lágrimas (2002)
¡Qué belleza, Dios mío, en la palabra…! ¡Cuánto amor y hermosura en el sentido! Las lágrimas, las lágrimas han sido lo que el mejor perdón de Dios nos labra. Quien de un golpe su vida descalabra si llora, se verá fortalecido. A un llanto suplicante y dolorido, ¿en dónde puerta habrá que no se abra?
Las lágrimas revelan el quebranto como la humana voz jamás lo haría ¡Oh Virgen, ahora quiero que me arguyas! Si lágrimas humanas valen tanto, ¿qué valor en la tierra no tendría la fuente inagotable de las tuyas?
Fernando Labrador Calonge Soneto de las Lágrimas humanas y divinas
Azahares dolorosos (1962)
Cuando los judíos la gran Cruz exaltan y hay un pregonero que, frío, declama la inicua sentencia vilmente lograda, mientras los soldados de Roma pagana, sobre sus caballos, la injusticia aguardan…
Llora, Madre mía; derrama tus lágrimas, que muerde tu alma, suelta esa conjoga que oprime tu pecho, que tu pecho abrasa con esos dolores que parecen garras, puñales de acero, puñales de plata, que llegan helados hasta las entrañas.
¡Todo se ha perdido! La muerte cercana. El Hijo, sangrado, se mira en tus Lágrimas.
Nicolas Fontanillas
Exaltación y Lágrimas – Santa Catalina
(Plegarias, 1951)
Lágrimas tengo en mi alma dolorida rendido ante el candor de tu fragancia Tú derramas el Gozo en abundancia a quien busca lo cures de su herida. Gerona: brillo, Sol, atardecida… servir a la ternura, ser sustancia caminar sin que importe la distancia costal, trofeo de amor, la frente henchida.
Tu Manto colosal Sevilla entera contempla cuando vuelves cada esquina y cae sobre cristal la blanca cera. Cuánto amar en la vara y la bocina morado el antifaz, ¡vaya solera con la Reina de Santa Catalina!
Rafael de Gabriel Pregon de la Semana Santa de Sevilla 2004
Pregonándole al Pueblo la Sentencia.
Gozoso está el sayón más repulsivo.
Te van a alzar, Señor, y este motivo
a la sangre le da su efervescencia.
Nos surge ni un destello de clemencia,
el pueblo cada vez más vengativo
quiere Deicida ser y al verte vivo
se llena de patética violencia.
A sus gritos piafan los caballos.
Culminan las blasfemias y rencores;
el botín ha llegado a su apogeo.
¡Oh lirio sin reproche y sin desmayos!
Alzada ya la Cruz de tus amores.
¡Qué hermosa está tu frente, Galileo!
Fernando Labrador Calonge Azahares dolorosos (1962)
Las Lágrimas de María,
son rocío redentor,
son manantial de poesía,
son mansa lluvia de amor,
son… Lágrimas de María…
Ramón Charlo
Evocación poética de la Semana Santa de Sevilla (años 60)
Un judío va tirando
de la cruz con un cordel.
Dos romanos a caballo
y dos ladrones de pie
en la cima de un calvario.
Cristo de la Exaltación,
van midiendo tus esquinas
costales con afición
desde Santa Catalina.
Rosa Díaz
Saetario (2003)
Hoy regresa a sus fueros mi inocencia
sin pátina ni sombra que la borre.
Alhóndiga, Gerona y una torre
reclaman nuevamente mi impaciencia.
Por las calles del tiempo, con urgencia,
tan solo la memoria me socorre,
encuentro al niño que, impaciente, corre
y descubre la luz con vehemencia.
Entre cuerdas tensadas fuiste un día
Calvario abigarrado de mi espera
Y espacio de mi asombro y mi sorpresa.
Si no fui el nazareno que quería,
despierte en Ti otra vez la primavera
el oro de su tiempo y su promesa.
Enrique Barrero Rodríguez
Exaltación
Varón de Dolores. Sonetos de la Semana Santa de Sevilla (2005)
Y sobre Sión te alzaron
¡Cristo de la Exaltación!
Alzado, Exaltado, ¡Tú!
centro del orbe. Alfa y Fin.
Norte y Sur. Jerusalén.
Cristocéntrico Jesús
cantó Teilhard de Chardin.
“Cuando me alcen sobre el mundo
todo lo atraeré hacia mí”.
Esto se le oyó decir
en suspiro tan profundo
que nadie oyó su gemir.
Antonio Murciano González.
Pregón S.S. de Sevilla de 2005.
“El pregonero nuevo vive esta hora con el mismo temblor ilusionado con el que vio su primer paso. Era por Santa Catalina: un colosal barco dorado y largo, con la cruz sólo intuida. Un paso que deberían de llevarlo por lo menos cien costaleros valientes y esforzados, que lograron ese milagro sevillano del movimiento armonioso y esbelto en su andar recio. De chico, admiré “Los Caballos”. Ahora que ya el niño creció y supo el por qué de las Lágrimas tan tristes de aquella virgen, y del sentido de la Cruz, de su dolor y de su vida, admiro La Exaltación.”
Eduardo del Rey Tirado.
Pregón de la S.S. de Sevilla de 1999.
A veces, la Cofradía entera, desde la Cruz de Guía hasta el palio, es un monumento a la belleza, como el que la tarde del Jueves Santo pone en las calles de la ciudad la señorial cofradía de la EXALTACION, soberbio el misterio y de belleza extraordinaria el palio, con los inconfundibles platillos de cristal de su candeleros que son como las LAGRIMAS cuajadas que va derramando el llanto antiguo de su bella Dolorosa, primera en nuestra ciudad en llevar en su mano el pañuelo con el que enjugar sus ojos llorosos.
Ignacio Pérez Franco.
Pregón S.S. de Sevilla de 2012
Mientras esto hacían sus discípulos, Jesús fue a visitar a su Madre para despedirse. ¡Cuántas lágrimas no debió derramar la que ya no lo vería sino azotado, coronado de espinas, curvada su espalda por el peso del madero, tendiendo la mano a las mujeres santas! ¡Cuántas lágrimas no debieron correr por su rostro, sabiendo que no lo volvería a abrazar ya más que muerto, al pie de la cruz descendido! Por eso se anticipan las cinco angustias y se clavan en el corazón de María la tarde del Jueves Santo.
Juan Carlos Heras Sánchez.
Pregón S.S. de Sevilla de 1998.
Y la Virgen de las Lágrimas,
nunca con los ojos secos,
nos bautiza con un llanto
que no cabe en su pañuelo,
mientras en su Exaltación
el Hijo ve el firmamento
que promete en Montserrat
con el Buen Ladrón converso.
Joaquín Caro Romero.
Pregón S.S. de Sevilla de 2000.