MADRE DE LAS LÁGRIMAS

Y llegaron las jornadas dedicadas a nuestra Madre, la que nos espera presidiendo el Presbiterio del Templo de Santa Catalina, para bajar unos días más tarde y estar más cerca de todos nosotros esperando nuestro gesto de amor. Es la Madre de la espera, de la acogida, de la escucha, a la que le contamos nuestras penas y alegrías, la de los brazos abiertos, nuestra compañera en los momentos de soledad y de angustia, nuestra esperanza porque sabemos que nos quiere como sólo una madre lo hace.

Días de encuentro en su Triduo donde nos reuniremos a sus plantas para rezar en comunión, celebrar la Eucaristía, escuchar la Palabra para hacer lo que el EXALTADO nos diga, participando de su banquete pascual. Días de jubilo donde recibiremos a los nuevos hermanos que se incorporan a esta Archicofradía para crecer en su vida cristiana y de reconocimiento a la fidelidad de los que llevan veinticinco y cincuenta años de devoción a nuestros Sagrados Titulares. Mención especial para nuestro querido hermano Pepe Segura, setenta y cinco años de hermano, toda una vida, cuánto servicio a la hermandad y qué alegría conceder siempre estas distinciones.

El segundo día del Triduo tendremos el acto del encendido del cirio de los donantes, su inscripción: “ En cada Lágrima una vida “ donde contaremos con el testimonio de esas personas que gracias a otras pueden seguir viviendo, y contaremos con la presencia de nuestros queridos integrantes de ATMOS que se encomiendan a su  Madre y Patrona para continuar con la magnífica labor que realizan en ese colectivo y concienciar de la necesidad de la donación de médula.

Y como siempre nuestros queridos Niños de San Juan de Dios compartirán Eucaristía con nosotros. Nos une con esta Orden unos lazos centenarios, a la que felicitamos por su labor con los más desfavorecidos de la sociedad, cuatrocientos cincuenta años de presencia en nuestra ciudad haciendo el bien. Enhorabuena y que la Virgen os bendiga.

Y no puede faltar la Vigilia de la Juventud a la finalización del sábado de su besamanos para demostrar su amor filial a la Madre, precedido de esa ofrenda floral de los más pequeños para decirle a la Virgen que la quieren y la presentación de los hermanos nacidos en el año para que Ella los proteja y ampare.

Son sus días. Ella nos espera, siempre nos espera,  porque una MADRE no se cansa de amar a sus hijos.

José García Rufo.

Hermano Mayor.

Octubre 2.024.