Besamanos a Nuestra Señora en San Román en 1972


Una espectacular fotografía de Fernand, atesorada con celo en el archivo de la Hermandad, protagoniza hoy nuestro Rincón de la Fototeca.

Hace 49 años en San Román

La instantánea fue tomada en el mes de octubre del año 1972 en la iglesia de San Román y nos muestra el montaje instalado entonces en el altar mayor del templo parroquial con motivo de la celebración de los Solemnes Cultos en honor a Nuestra Señora de las Lágrimas.

Tal día como hoy hace 49 años, el 10 de agosto de 1972, la Hermandad se trasladó a San Román durante algunos meses con motivo de las obras de consolidación que se estaban realizando en los techos de Santa Catalina.

Han sido varios los momentos a lo largo de su extensa historia en las que nuestra Corporación ha tenido que buscar refugio en el vecino templo parroquial por el cierre temporal de nuestra amada sede canónica. En esta ocasión que nos ocupa la estancia fue breve: para la Semana Santa los trabajos habían terminado, aunque algunos cultos, como los de la Virgen, se celebraron allí, tal como nos confirma la fotografía.

Dentro de la fotografía

La maravillosa fotografía de Fernand nos muestra un plano general del montaje de cultos instalado en el presbiterio del templo, muy distinto al que conocemos actualmente. Como lienzo de fondo, el inmenso mural de Martirio de San Román pintado por Rafael Rodríguez Sánchez, sustituido por el actual retablo procedente del Hogar Virgen de los Reyes a principios del presente siglo.

La Santísima Virgen de las Lágrimas se acerca a los fieles en devoto besamanos, escoltada por numerosos candeleros, blandones y ciriales, mientras el techo y la bambalina frontal de su palio le sirven como dosel de cultos. Cantidad de flores -claveles blancos y gladiolos- perfuman y exornan esta estampa, dispuestas en frisos, centros y jarras que nos conducen hasta Ella. Cuatro candeleros con velas rizadas completan el conjunto a ambos lados de la Sagrada Imagen.

Si ampliamos la fotografía comprobamos que Nuestra Señora viste la saya blanca bordada en los talleres de Hijos del Olmo y el manto burdeos de la Virgen del Rosario de Santa Catalina, cubierto por una mantilla a modo de toca de sobremanto. La Santísima Virgen extiende su mano derecha para recibir el beso de sus devotos, mientras sostiene en la izquierda pañuelo para secar sus Lágrimas. Sobre sus sienes porta la corona plateada anónima de la primera mitad del siglo XX.

Detalles de Nuestra Señora de las Lágrimas expuesta en devoto besamanos en el año 1972