Carta que nuestro Hermano Mayor dirige a todos los hermanos y fieles devotos de esta Archicofradía con motivo del Solemne Vía Crucis del Stmo. Cristo de la Exaltación.
No es un camino fácil, recordamos los últimos momentos de la vida de nuestro Señor, en el que los acontecimientos se precipitan y van acompañados de una serie de circunstancias adversas no deseables: injusticia, soledad, sufrimiento, agonía, muerte.
La Cruz estará presente desde el principio hasta el final. Una cruz que acoge el cuerpo del Santísimo Cristo de la Exaltación con todas las huellas de la Pasión, momentos antes de su trágico final, y que nos enseña con esa mirada de misericordia como tenemos que llevar nuestra cruz de cada día, como nos tenemos que fajar ante las adversidades, como tenemos que ayudar a llevar las cruces de los que nos rodean, las que no salen a la calle, las que nadie nos ve cuando arrimamos nuestro hombro, las de los que viven un Via+Crucis que parece no tener final.
Que esta Oración nos sirva como preludio a nuestra Estación de Penitencia, que sepamos extrapolar cada acontecimiento del Vía+Crucis a nuestras vidas, siendo conscientes que después de momentos de sufrimiento siempre vendrán momentos de gloria.
Y la Madre nos espera en Santa Catalina, siempre con los brazos abiertos, siempre con el pañuelo para enjugar Lágrimas, y nos reuniremos en Eucaristía días más tarde en torno a Ella para que nos ayude a dar testimonio de nuestra fe el próximo Jueves Santo por las calles de Sevilla, donde su candelería nos recordará nuestro compromiso con las donaciones de médula y enfermedades oncohematológicas, porque en cada Lágrima que derramas por tu rostro virginal se habrá producido el milagro de que haya una nueva Vida.
José García Rufo.
Hermano Mayor.
Cuaresma 2024.