Carta que nuestro Hermano Mayor dirige a todos los hermanos y fieles devotos de Santa Catalina con motivo de la llegada de nuestros Cultos Eucarísticos.

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«Veneremos, pues, inclinados tan grande Sacramento; y la antigua figura ceda el puesto al nuevo rito «

Estimada/o hermana/o, hace un año me dirigía a ti con la buena noticia de poder celebrar un Culto de forma presencial en el Templo, hoy lo hago con la gratitud a nuestros Sagrados Titulares de que esta crisis sanitaria vaya doblegándose cada vez más y que, con la responsabilidad de todos acatando las normas vigentes, podamos volver a nuestros usos y costumbres.

Este mes de junio cerramos este curso con el Triduo al Santísimo Sacramento del Altar. Una oportunidad para acercarnos a nuestro Templo de Santa Catalina para compartir y adorar la Eucaristía, donde el Exaltado ofrece su vida, la entrega y la dona de la forma más sencilla en un trozo de pan y en una copa de vino. Además, como sabes, estamos en un año especial en el que conmemoramos el III aniversario del inicio de la construcción de nuestra Capilla Sacramental, un motivo añadido para compartir estos días en fraternidad.

Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer al hasta hace unos días Arzobispo de Sevilla, D. Juan José Asenjo Pelegrina, su servicio pastoral a la diócesis  y muy especialmente por su intervención e interés personal en la restauración del Templo de Santa Catalina; y darle la bienvenida a nuestro nuevo pastor, D. José Ángel Saiz Meneses, al que desde ahora nos ponemos a su servicio como parte de este pueblo de Dios en salida que es nuestra Archicofradía Sacramental, de la que no tenga ninguna duda que remará mar adentro en la barca de la Iglesia para llegar a las periferias del ser humano.

Y gracias, una vez más, porque en estas circunstancias tan adversas has estado ahí, en el Quinario, el acto de veneración, el Via Crucis, la Misa del Viernes de Dolores ante nuestra Madre, el reparto de papeletas de sitio, los días de Semana Santa, nuestro Jueves Santo tan especial, tan distinto, tan nostálgico… ¡Vaya que categoría de Hermandad!, que es posible gracias a ti por seguir manteniendo el testigo de nuestros antecesores que nos legaron este tesoro del que somos depositarios y que tenemos la responsabilidad de legar a las generaciones venideras por el bien de nuestra Iglesia de Sevilla.

Un fuerte abrazo.

José García Rufo.

Hermano Mayor.